El Mago poblano del balón

*Don Ale aprendió de la escuela del futbol clásico, esa que trajeron argentinos y españoles en las primeras décadas del Siglo XX

Antonio Zamora

Puebla, Pue.- No hubo ni habrá nadie como él, era un mago del balón, parecía que lo tenía cosido al pie, por eso fue tan grande Don Alejandro Trujillo, quien tras su muerte dejó un hueco en el futbol poblano que no hay forma de llenarlo.

De niño anhelaba ser futbolista, pero la tuberculosis le truncó el sueño porque le prohibieron volver a jugar, y fue en un día en que la tristeza lo invadía cuando su único consuelo, la pelota, le hizo un guiño por lo que la empezó a dominar y a dominar. La leyenda había comenzado.

Don Ale aprendió de la escuela del futbol clásico, esa que trajeron argentinos y españoles en las primeras décadas del Siglo XX al país y en específico a Puebla. Isidro Lángara y Ricardo Alarcón fueron sus grandes inspiraciones para amar tanto a la redonda.

Su técnica era tan depurada que como ayudante del mítico Lángara, ponía a prueba en el naciente Puebla FC a los porteros en los entrenamientos con sesiones de disparos. Esto le dio paso también para convertirse en preparador físico teniendo experiencia con los camoteros, que jugaban en Segunda División, para luego dar el brinco al América y a unas Chivas que vivían su época dorada encabezadas por Salvador Reyes.

Pero su camino de gloria lo comenzó durante la década de los sesenta cuando fundó su escuela Trujillo Soccer, que registrada ante la Federación Mexicana de Futbol, es la más longeva de todo el país, pues lleva sesenta años en funciones.

Son pocos los poblanos que no han aprendido desde cómo atarse las agujetas de los tacos hasta cómo controlar el balón, en la escuela de Los Trujillo. También es una tradición muy poblana jugar en la Liga dominical organizada por esta familia que ha formado un legado en la ciudad.

Las dominaditas las empezó haciendo mientras ayudaba a Lángara en el Puebla, de ahí comenzó a maravillar a todo el que lo veía. Su nombre se comenzó a popularizar tan rápido que para el Mundial de Chile en 192 fue invitado para presentar en los entretiempos de algunos partidos el que ya era su espectáculo.

Después de eso estuvo presente en ocho Copas del Mundo, recorrió varias partes del mundo, estuvo en países remotos como China o Rusia, conoció a Pelé, Franz Beckenbauer, Diego Maradona y toda figura que había en el momento.

Él y la redonda eran cómplices, se entendían con la mirada, él se perdía viéndola mientras la hacía botar en sus muslos, sobre sus empeines o cuando la dormía en su frente. Cuando la estaba dominando no había nada más importante en su mundo que ella.

Fue Récord Guinness por malabarear una pelota sin dejarla caer al piso por trece horas continúas, marca que solamente sus hijos pudieron superar años después alcanzando las 23 horas, además de hacerlo después en parejas, en grupo e incluso con un balín.

Rafael, Alejandro, Antonio y Willy son su gran legado, sus hijos que crecieron rodeados de pelotas y les enseño cómo se debe tratar a la pecosa. Con ellos formó un Dream Team, los Trujillo, los llamados ‘Campeones del Mundo de las Dominadas’.

Don Alejandro Trujillo murió a la edad de 86 años, pero su nombre alcanzará la eternidad porque demostró que un poblano con un balón en el pie puede trascender más allá de las fronteras, puede convertirse en un showman, puede alcanzar las estrellas y dominarlas.

 

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